La ética entendida desde un punto de
vista “clásico” es uno de los factores que intervienen en las relaciones
humanas, y por ende en la comunicación.
Partiendo de esta base los medios de
comunicación deberían actuar con objetividad en el momento de informar.
Este es un aspecto esencial ya que la sociedad tiene derecho a conocer
que es lo que sucede en su entorno más o menos inmediato y utiliza dicha
información para configurar la realidad y formarse una opinión respecto
a ella.
En los medios de comunicación masivos
(televisión, radio, prensa, internet) es básico que exista una ética
profesional muy profunda, aunque huelga decir que hoy en día se
encuentra excesivamente olvidada en muchos casos. Esto debería ser así
ya que son responsables de moldear la opinión de grandes masas sociales,
ejerciendo mucha influencia sobre la visión que tiene el público sobre
los más diversos temas.
Además, ellos regulan y son garantía a su
vez de aspectos como la libertad de expresión, los límites de la
privacidad, etcétera pero en la búsqueda obsesiva de audiencia suelen
perder la que debería ser su función, informar éticamente.
En el periodismo existe el Código de Ético
, que no es más que un seguido de normas que regulan la manera en que
los profesionales del sector deben actuar para llegar a la verdad: cómo
llevar a cabo una investigación, cómo buscar sus fuentes e informadores y
cómo relacionarse con ellas. También os digo que si lo ojeáis
rápidamente veréis como os resulta incluso cómico dado el estado actual
de los medios.
Existen lógicamente las prohibiciones, el
plagio, el invento de historias, sobornar a las fuentes, injuriar,
calumniar, emitir juicios exagerados, aprovechar el poder que se tiene
para desinformar con meros fines personales o por encargo, etc.
En resumidas cuentas, lo que un buen
periodista debe hacer para llegar a ser un profesional de excelencia es
ser veraz e imparcial.
Sin embargo, todas estas normas éticas
han sido y son infringidas desde hace tiempo con tremenda asiduidad
aunque por fortuna, en la actualidad se está tomando cada vez más
conciencia de ello.
En este sentido la sociedad empieza a
darse cuenta de que en la mayoría de los casos desconoce quiénes son los
dueños de los medios de comunicación y al descubrirlo se resulta que
dichas personas poseen empresas que están vinculadas con los poderes del
estado. En ese momento es cuando empiezan a entender porque estos
medios dan una información sesgada.
Un ejemplo sería cuando vemos cómo en los
medios de comunicación se le da énfasis a informar sobre noticias que
no son las más relevantes para el país y su gente, como es el caso de la
independencia por imposición del gobierno, la telerrealidad, los
escándalos de los famosos, o cuando se muestran imágenes impactantes,
únicamente para aumentar la audiencia.
Cuando la sociedad empieza a captar esta
manipulación es sin duda porque hace mucho tiempo que se han pasado y
pisoteado todos los límites de la ética comunicativa.
En la actualidad vivimos en una sociedad
sobre informada, ultra conectada y hiper dependiente, pero esto desde mi
punto de vista ha creado una paradoja muy al estilo de Huxley y su
libro “Un mundo feliz“.
Tenemos tantísima información que no somos capaces de prestarle
atención en profundidad, es tremendamente difícil saber el grado de
veracidad y como suele decirse coloquialmente “las noticias vuelan”.
Un ejemplo sencillo de esto es el 11 de
septiembre. Mucha gente salió a la calle pero el reto consiste en
encontrar algún medio que cite la misma cantidad de personas que
asistieron a la manifestación. ¿Casualidad? ¿Falta de ética?
¿Subvencionalísmo?
Para mi esto es un demostración sencilla,
como muchas otras que se os puedan venir a la cabeza que demuestran, el
nivel poco ético actual, el alto grado de manipulación de la
información que consumimos y de la importancia real que tiene la
información.
¿Creéis que si la información no fuera importante la manipularían y la sesgarían tan habitualmente?
Yo creo que no y es el deber de todos
nosotros dentro de nuestras posibilidades, luchar contra la falta de
ética de la comunicación y exigir su preservación en los medios de
comunicación.